Recortes de prensa y noticias de jardines (Sección fuera de España)  

Jardines de la República Checa


Portada de Ciberjob Historico de noticias de los Jardines de la República Checa Para escribirnos

viernes, agosto 10, 2007 :::
 
Fuente: Tierra.es
Fecha: 6-8-07
Autor: Terra actualidad-EFE


Los higos vuelven a los jardines del Castillo de Praga


Los jardines reales del Castillo de Praga vuelven a acoger entre sus exóticas especies las higueras, tal y como quiso el promotor de este paraíso botánico, el rey y emperador Fernando I de Habsburgo, nacido en Alcalá de Henares (España) en 1503 y fallecido en Viena en 1564.

Las higueras eran conocidas entonces entre los checos como 'vlasske stromky' (arbolitos italianos), y a ellas se destinó un espacio de 73 por 12 metros en el recinto del jardín, bajo el reinado del Rodolfo II, nieto de Fernando.
El paso por Praga de esta dinastía hizo que en la ladera soleada del parterre norte hubiera otros árboles frutales, como los albaricoques, que servían para el sostenimiento de los inquilinos del Castillo.
Los Habsburgo trajeron también olivos, palmeras, cedros y diversas plantas bulbosas, como tulipanes, jacintos y narcisos, además de otras de buen olor, como el jazmín y la rosa.Junto a las higueras, con su inconfundible aroma a país meridional, se cultivaban los granados en las inmediaciones del 'letohradek', el Palacete de Verano de la reina Ana.
'En mi casa tengo uno, aunque el tamaño que alcanzan a tener las granadas no es muy grande', reconoce Vlasta Hanelova, jardinera que se ocupa del mantenimiento de la nueva 'orangerie', recién abierta al público.
Estas modernas instalaciones, donde las condiciones de humedad y riego del jardín son reguladas por un ordenador, fueron diseñadas por la arquitecta británica de origen checo Eva Jiricna, portadora de la orden del Imperio Británico.
Esta zona se dedica exclusivamente a plantas tropicales, por lo que aquí 'no podrían darse las granadas', señala asimismo Hanelova.
Aunque el jardín norte ha sufrido muchas alteraciones desde que lo adquiriera Fernando I, poco después de su coronación como rey checo en 1527, abundan todavía los trazos fernandinos, como los muros del antiguo higueral y, sobre todo, el Palacete de Verano para su mujer, Ana Jagellón.
La 'orangerie' está próxima al lugar donde Bonifacio Wolmut, maestro constructor del rey, y su sucesor, Maximiliano II, edificaron un vivero para cítricos a mediados del siglo XVI.
'Dicha construcción tenía un techo desmontable, y los árboles se mostraban aquí en verano en macetas de madera transportables', explica la jardinera.
Como hecho curioso, cabe decir que los tulipanes se vieron aquí por primera vez en 1554, traídos al emperador por su embajador en Constantinopla, y desde Praga se extendieron a toda Europa, sobre todo a Holanda, donde se establecieron como flor nacional.
El jardín real sufrió diversas modificaciones, primero a cargo de los hermanos Mikulas y Claudius Reinhardt, con un arreglo al modelo francés de Saverne, cerca de Estrasburgo, con predominio del uso de plantas bulbosas procedentes de Asia Menor, como jacintos y lirios.
Tras la devastación producida durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), aparecieron naranjos, olivares, jazmines y laurel, mientras que en los arriates se observan nuevos tipos de narciso, tulipán, clavel y anémona.
En el siglo XIX se impuso el gusto inglés, con mucho césped y bosque de plátanos, mientras que los árboles frutales se trasladaron a la faisanería.
Este es el estilo paisajístico que ha perdurado hasta la actualidad, donde abundan los árboles y arbustos de madera de calidad.


::: Noticia generada a las 12:42 PM


sábado, abril 22, 2006 :::
 
Fuente: Radio Praga
Fecha: 11-4-06
Autor: Jaroslav Smrz

Viva planta prehistórica en el Jardín Botánico de Praga
El Jardín Botánico de Praga presenta al público una de la más raras y antiguas plantas del mundo proveniente de Australia

No es un espectáculo común ver a una planta en una jaula y vigilada por dos guardaespaldas, sin embargo, así fue cuando el Jardín Botánico de Praga adquirió la planta australiana Wollemia nobilis que actualmente está expuesta en el invernadero del Jardín. Las medidas de seguridad inusuales las explicó Eva Smrzová, comisaria del Jardín Botánico de Praga.
"Cada planta cultivada fuera de Australia debe encerrarse en una jaula. La nuestra es circular, de dos metros de diámetro y dos y medio de altura y provista de dos cerraduras. Cuando la planta se exponga fuera del invernadero su jaula deberá ser empotrada en las bases de hormigón".
La planta es rarísima y primera de su género que ha llegado a la República Checa. Fue descubierta por David Noble, el empleado de los parques de Nueva Galés del Sur en Australia. Hasta el año de su descubrimiento, en 1994, la planta fue desconocida hasta por los mismos aborígenes australianos. El Jardín Botánico recibió la planta directamente de un vivero dedicado al cultivo de Wollemia nobilis.
"La planta es una araucaria típica, es un conífero con agujas más fuertes que los coníferos checos. Las agujas crecen de ambos lados de las ramas en dobles filas. Otro rasgo típico es la corteza que parece un chocolate esponjoso", especificó la comisaria del Jardín Botánico, Eva Smrzová.
El área de distribución de la planta es muy restringida en la naturaleza. Vive en dos pequeñas zonas de los profundos cañones del parque Wollemy, de ahí su nombre Wollemia, y su existencia es muy amenazada por impactos no deseados. Se estima que en la naturaleza existen entre 40 y 80 ejemplares de plantas adultas y uno ó dos centenares de plantas jóvenes. El número exacto de plantas adultas no es fácil de determinar, ya que de la base de un árbol crecen varios troncos.

::: Noticia generada a las 6:59 PM


domingo, noviembre 06, 2005 :::
 
Fuente: Radio Praga
Fecha: 4-9-05
Auora : Jaroslava Gissubelova

Le jardin botanique de Troja - un endroit de repos dans Prague


Avec la fin des vacances, l'été est revenu sur la Tchéquie et je vous invite dans la nature. Le jardin botanique de Troja est un endroit magique que vous ne devez absolument pas manquer de visiter, lors de votre séjour à Prague. Ce jardin n'est pas conçu comme une exposition, le visiteur est en contact direct avec la nature, et il ne peut qu'admirer les merveilles qui l'entourent


Tout le quartier de Troja longeant la rivière Vltava est déjà l'un des plus beaux endroits de la capitale tchèque, avec son château trahissant les influences françaises qui lui étaient imprimées par l'architecte dijonnais Jean-Baptiste Mathey, ses villas d'entre-deux-guerres, son jardin zoologique et ses vignes entrant dans le complexe du jardin botanique. Troja est l'endroit le plus chaud de Prague, abrité, au nord, par des rochers et baigné, au sud, par les eaux de la Vltava. En s'y baladant, on a l'impression d'être non pas à Prague, mais quelque part dans le sud, au bord d'une mer.

Prague possède deux jardins botaniques et celui de Troja, appartenant à la municipalité de Prague, a vu le jour en 1968, mais les expositions permanentes n'ont été rendues accessibles au public qu'en 1992. Cinq ans plus tard, elles ont été enrichies d'un jardin japonais et d'une collection de plantes réunies grâce à des expéditions en Méditerranée, d'où aussi son nom - « Méditeran. » L'année dernière, le jardin botanique a été agrandi d'une serre « Fata Morgana » - fée Morgane. Notre promenade commence dans la partie centrale du jardin plantée de plus de 300 espèces de fleurs de toutes les couleurs et de différentes époques de floraison. En ce moment, ce sont notamment les colchiques, appelés safran bâtard, plantes fascinantes qui offrent une floraison variée au bord d'un petit lac.

Nous continuons vers la vigne de Sainte-Claire où les raisins verts et bleus sont presque mûrs - la vendange est à Troja le 18 septembre. Les dégustations des vins ont lieu dans la maison du vigneron faisant partie du jardin. Ses origines sont baroques, et elle est l'une des rares constructions de ce type qui se soient sauvegardées à Prague. La vigne de Sainte-Claire classée site protégé est, avec les quatre autres qui se trouvent sur le territoire de Prague - la vigne d'archevêché de Modrany, la vigne Machalka à Vysocany, et celles de Gröbovka à Vinohrady et Salabka à Troja, le témoin de la gloire d'autrefois de la culture du vin dans notre pays. Les vignes étaient fondées à Prague déjà sous le règne du roi Venceslas II, dès 1228. Son successeur, Charles IV, a ordonné de fonder les vignes jusqu'à une distance de trois milles autour de la ville, partout où le terrain le permettait. Les vins de Troja étaient de haute qualité comme un témoigne un article publié dans les Journaux de pomologie de 1871 : une analyse effectuée par l'administrateur du château de Troja, M. Schmidt, prouve que ces vins pouvaient rivaliser avec les meilleures vins d'Autriche et les grands crus de Bourgogne, lit-on dans ces journaux. Malheureusement, l'activité de l'industrie du bâtiment au début du XXe siècle a marqué un déclin de l'activité viticole. La surface des vignes pragoises a été considérablement réduite. Aujourd'hui, elle n'est que de 11 hectares. La vigne de Troja est l'une des plus grandes, avec ses 3,5 hectares. On y cultive le Riesling de Rhénanie, le Müller Thurgau, le Portugal bleu, le Traminer rouge, le Muscat morave et le Sauvignon. A l'origine, la vigne était reliée avec le château de Troja. C'était dans les caves du château que le vin mûrissait.

La chapelle de Sainte-Claire qui se dresse au milieu du coteau n'est pas grande par ses dimensions, mais puisque visible de loin, elle constitue une dominante typique du quartier de Troja. Son intérieur est formé d'une seule salle. Les objets dont elle est ornée sont dans leur ensemble les reliques d'objets d'origine volés. Quelques-uns sont des originaux, dont la statue du Christ ressuscité du XVIIIe siècle et le crucifix. Nous quittons la chapelle de Sainte-Claire, en admirant un champ couvert de bruyères, d'azalées et de rhododendrons qui créent une mosaïque de couleur pendant toute l'année. Et nous voilà déjà devant la porte qui nous conduit dans le jardin japonais. Ce jardin est une véritable merveille : divisé en deux parties de conception différente, la première représente un jardin de montagne, avec un ruisseau tombant d'en haut et qui, sous une cabane de méditation, se jette dans le lac peuplé de poissons rouges. Outre les arbres qui ne perdent pas leurs feuilles même pendant l'hiver, il y a une collection d'érables japonais et de bambous. La deuxième partie concentre une collection d'arbres provenant d'Asie de l'Est. Sur le chemin du retour, nous pouvons nous reposer sous une gloriette chinoise cachée au milieu des arbres, près d'un petit lac.

Le jardin botanique de Troja propose des programmes à thème, tels que l'art d'ikebana, de fleurs sèches, etc. On peut aussi acheter directement dans ce jardin des fleurs. Notre promenade peut s'arrêter là ou bien continuer dans la serre au nom poétique Fée Morgane. Une serre de 130 mètres abritant l'exposition intitulée « A travers la nature tropicale autour du monde.» Elle est divisée en trois parties de températures et humidité différentes. La première propose une collection de végétation xérique d'Afrique, du Mexique et d'Australie. La deuxième partie imite la forêt tropicale d'Amérique du sud, de Madagascar, d'Australie, des Philippines, et du Vietnam. La troisième est une serre froide montrant la vie des plantes dans des montagnes tropicales du Venezuela, d'Asie, de Tasmanie et d'Afrique. Les collections de flore sont complétées de chutes d'eau, de lacs et de petits animaux des forêts vierges. Les plus appréciés par les visiteurs sont des papillons tropicaux. Depuis le 1er septembre de cette année, la serre est sonorisée. Les visiteurs peuvent entendre les voix et les cris de plus de 80 animaux - perroquets, lions, singes, le bruit des orages tropicaux et d'autres sons rendant la visite des lieux plus authentique encore. La fiction que le nom de la serre nous promet - le mirage visuel - en est ainsi presque parfait....

Le jardin botanique de Troja,
www.botgarten.cz

::: Noticia generada a las 9:40 AM


sábado, enero 04, 2003 :::
 
En los Jardines Reales de Praga se cultivó mandrágora y el árbol de gingko


Fuente : Radio Praga
Fecha: 23-11-02
Autora: Eva Manethová
http://www.radio.cz/es/articulo/34825

El Castillo de Praga desde siempre estuvo rodeado por un cinturón verde. Mágicos son los Jardines Reales que se extienden desde el Foso de los Venados hasta las Murallas Marianas y que esconden en su seno una perla renacentista, el palacete Belvedere.
En la vecindad del Castillo de Praga fue plantado en 1358 por orden del emperador romano germano y rey checo, Carlos IV, el primer viñedo praguense. La vinicultura y la jardinería florecieron en el Castillo de Praga durante el reinado de los monarcas de la dinastía de los Jagellones, que gobernaron en Bohemia en los siglos XV y XVI.
Sin embargo, después de 1526 se registró un verdadero auge de la jardinería al ser elegido rey checo Fernando I de Habsburgo. El enérgico soberano buscaba inspiración en la Antigüedad y, guiado por el espíritu renacentista, fue el primer rey checo en incorporar elementos del nuevo estilo en la arquitectura del Castillo de Praga.
En 1534, el rey Fernando I de Habsburgo decidió fundar el Jardín Real.Para realizar su proyecto tuvo que adquirir extensos terrenos. El soberano reunió con muchas dificultades el dinero necesario para la compra: tuvo que recurrir a prestamistas judíos y al dinero proveniente de las multas.
Después de que llegara desde Viena una gran partida de semillas, Fernando I llamó a la capital del Reino Checo a Francisco de Austria, que sería el primer jardinero del Castillo de Praga. Y otros jardineros empezaron a venir del extranjero: de Flandes, Alsacia y España. Gracias a estos maestros de la jardinería venían a Praga semillas y pies de plantas, arbustos y árboles del mundo entero.
Higos, nísperos, guindas, limones, naranjas, melocotones y almendras enriquecían la mesa en el Castillo de Praga y en las casas de acaudalados patricios praguenses.
Un incendio que en 1541 devastó el Castillo de Praga, frenó por algún tiempo el desarrollo de los jardines. Al amotinarse en 1547 la nobleza y los burgueses checos, Fernando I, que en aquel entonces ya ceñía la corona imperial, quedó muy amargado. Ya no quería tratar con los rebeldes checos y nombró virrey en Praga a su segundogénito, Fernando de Tirol.
Fernando de Tirol invitó a Praga en 1554 como médico de cabecera a Pierandrea Matthioli que gozaba en toda Europa de una inmensa autoridad en el campo de la botánica. Ese mismo año, Matthioli había publicado en Venecia un herbario que se convirtió en un best-seller de la época. En checo se publicó en 1562, todavía durante la estancia de Matthioli en Praga, gracias a la traducción de Tadeás Hájek de Hájek.
No es de extrañar que el Herbario de Matthioli se haya convertido en una obra muy codiciada. Matthioli aconseja en su libro, entre otras cosas, cómo obtener la mandrágora. Los polvos de la raíz de mandrágora se utilizaban para operaciones nigrománticas, o sea de magia negra. Por la configuración de la raíz, parecida a la del cuerpo humano, la mandrágora era denominada "hombrecito de la horca".
El apodo se debía a la creencia de que la más eficaz era la mandrágora que crecía al pie de la horca. Matthioli aconseja en su célebre Herbario ir al lugar de las ejecuciones el viernes a medianoche cuando haya luna llena. Es necesario taparse los oídos con cera para no escuchar el llanto de la mandrágora al ser arrancada del suelo.
El botánico recomienda trazar tres círculos en torno a las hojas de la planta y tocar un cuerno para contrarrestar el tumulto de los monstruos infernales. La raíz de la mandrágora debe ser después bañada en vino y vestida con una chaquetita roja y camisita de seda, y tocada con un gorrito negro.
En comparación con otras traducciones, en la edición checa del Herbario de Pierandrea Matthioli se describen algunas plantas cultivadas solamente en el Jardín Real, en el Castillo de Praga.
La fama del médico y botánico italiano Pierandrea Matthioli, impulsó un inédito aflujo al Castillo de Praga de nuevas especies y variedades botánicas, como tulipanes, lilas, jacintos y narcisos. En los Jardines Reales se cultivaba también el árbol de gingko y la misteriosa mandrágora.
Los jardines del Castillo de Praga conocieron un extraordinario florecimiento durante el reinado del emperador Rodolfo II a finales del siglo XVI. Por un puente de madera cubierto, el visitante cruzaba el Foso de los Venados y entraba en los jardines reales, que eran tres.
Formaba parte del conjunto de los jardines también la Gran Sala de los juegos de pelota. El emperador se desplazaba de un recinto a otro por pasadizos cubiertos para no ser visto. Así llegaba también al llamado Patio de los Leones.En el Patio de los Leones eran criados leopardos, panteras y leones, utilizados para la caza. Rodolfo II criaba asimismo osos que vivían libremente en el Foso de los Venados.
A pesar de las vicisitudes de la historia, los jardines del Castillo de Praga no han perdido a lo largo de los siglos nada de su mágico encanto. Hoy en día, los turistas pueden disfrutar de la belleza del Jardín Real que el entonces presidente checoslovaco, Václav Havel, abrió en 1990 al público.


::: Noticia generada a las 9:02 PM


 
Destruidos jardines palacio de Veltrusy

Fuente: Radio Praga
Fecha:3-9-02
Autor: Ramón Casado
http://www.radio.cz/es/articulo/31926

El palacio Veltrusy, construido a principios del siglo 18, figura entre las más importantes edificaciones de la arquitectura barroca en la República Checa. Ese monumento histórico se encuentra en la región de Melník, Bohemia Central, que sufrió uno de los mayores daños durante las recientes inundaciones

Al llegar a Veltrusy, uno puede ver las desoladoras huellas que el desbordamiento del río Vltava dejó en la aldea. Edificios semiderrumbados, carreteras cubiertas de barro, árboles derribados. En el revoque de las casas queda claramente marcado hasta dónde llegaba el agua durante las riadas. Alcanzaba el primer piso.

Imágenes semejantes se pueden ver en muchas localidades checas, en el emplazamiento de Veltrusy, por desgracia, el agua entró además en el palacio y destruyó gran parte de los jardines adyacentes a éste.

Vojtech Láska, director de la Institución Monumentaria Estatal de Bohemia Central, alegó que anteriormente el área del palacio se encontraba en una isla:

"El río Vltava se desvió aquí y rodeaba todo el terreno. Desde siempre hubo riadas en esta zona. En el año 1764 las inundaciones destruyeron los jardines barrocos y el conde Jotek, fundador de éstos, hizo construir un nuevo parque, esta vez en estilo del romanticismo clásico. Toda el área fue concebida como una finca de adorno, lo que era una moda llegada de Francia. El terreno fue arreglado por la belleza, no por el provecho."

En la actualidad, los lugares donde antes había tierra cultivada, se convirtieron en un desierto de arena. Los numerosos pabellones, tan típicos para este recinto, están cubiertos de lodo. Eva Hájková, administradora del palacio, dijo que el río había destruido el dique que protegía a los jardines.

"La renovación del dique debería iniciarse antes de que empiece el otoño, o por lo menos la ribera debería estar asegurada provisionalmente contra las inundaciones, ya que existe el peligro de que las riadas se repitan. La suma requerida para su construcción ascenderá a millones de euros."

El área de Veltrusy fue incluido en el Patrimonio Cultural del País, el mayor nivel de protección legislativa en la República Checa. Esperemos que se encuentren medios financieros para poder renovar y proteger este monumento único en su género.


::: Noticia generada a las 8:59 PM


jueves, enero 02, 2003 :::
 
I giardini disegnati dalla democrazia

Fuente:La tribuna de Treviso
Fecha:12-5-02
Autora: Michela Santi


Un luogo in cui si intrecciano ricerca della forma e paesaggio naturale, simbolo della democrazia che, dopo la chiusura autoritaria dell'assolutismo austriaco, apre nel 1918 l'acropoli alla città. I giardini del Castello di Praga, ridisegnati in modo definitivo nel quindicennio tra il 1920 e il 1935 dal celebre architetto Joe Plecnik (1872-1957), in stretta intesa con il primo presidente della Repubblica Tomá s Garrigue Masaryk (1850-1937), diventano esempio importante di "governo del paesaggio", in grado, a distanza di quasi un secolo dalla realizzazione di stupire per la sinergia tra elementi estetici e di valorizzazione del paesaggio urbano. La tredicesima edizione del "Premio Internazionale Carlo Scarpa per il giardino", promossa da Fondazione Benetton Studi Ricerche di Treviso, porta all'attenzione internazionale i giardini praghesi, oggi visitabili dal pubblico e conservati con grande impegno dall'amministrazione di Praga. Il sigillo è stato consegnato ieri pomeriggio a Treviso (con un premio di 16 mila euro), al direttore del Castello di Praga Zdenek Synacek e al delegato dell'Ufficio del presidente della Repubblica Zdenek Lukes. I giardini, valutati con sopralluoghi e ricerche dalla giuria del premio, sono ampi complessivamente circa due ettari, ricavati in una sottile e irregolare striscia di terreno tra i bastioni, il muro e i palazzi del complesso monumentale che guarda dall'alto la città lambita dal fiume Moldava. «I giardini di Praga - ha spiegato ieri Domenico Luciani, direttore della Fondazione e coordinatore della giuria del premio- sono un esempio che evidenzia nella definizione del paesaggio-giardino, la centralità della committenza: il presidente della Repubblica Masarik, filosofo e grande cultore della classicità. E' lui che decide di fare del castello la sede della Repubblica neonata. E affida dopo poco la sistemazione dei giardini a Plecnik, che attua una radicale trasformazione del castello, negli spazi e nei percorsi interni, abbattendo i bastioni, aprendo visuali verso l'esterno sulla città sottostante. Va sottolineato - continua Luciani- che il disegno era parte di un grande progetto che immaginava nuovi parchi e giardini nella parte settentrionale della città poi non realizzati».
I giardini sono rimasti chiusi durante il regime comunista. Riaperti nel 1990, l'Amministrazione ha provveduto a recuperare il disegno essenziale e il rimodellamento del terreno attuati da Plecnik. Dall'ampia scalinata, definita onda di pietra del Giardino Paradiso, al prato geometrico con la vasca monolitica trascinata direttamente dalla cave fuori città, al lungo e stretto terrapieno meridionale, sotto l'ala abitata da Maria Teresa d'Austria, fino alla punta che chiude il castello a oriente. Nell'intervento vengono demolite intere parti del muro. Vengono inventati nuovi punti di vista sulla città, costruite nuove terrazze panoramiche, aperti nuovi percorsi verticali, tra i quali, stupefacente, quello che congiunge col terzo cortile sopraelevato e adiacente alla cattedrale di S.Vito sovrastante. La giuria del premio ritrova in questo luogo un dialogo, ancora tangibile, tra l'intellettuale umanista Masarik e il geniale architetto, che hanno saputo trasformare la sede del vecchio autoritarismo in una casa dell'autorevolezza democratica: in più, in un modo sobrio e duraturo che ha permesso ai giardini di passare quasi indenni attraverso le turbolenze del Novecento.


::: Noticia generada a las 9:50 PM




Powered by Blogger