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La música es un jardín al plenilunio. Las vidas espirituales son efluvios de jardín.
¡El sueño! |
El jardín (arte de los cinco sentidos),
lugar modificado por la intervención humana con finalidad estética, religiosa,
política, cultural, productiva (parte de la cultura material teorizada por la Escuela de Annales). Un arte que se diferencia de las otras porque en el jardín la
belleza no sólo se contempla sino que se vive. Porque en el jardín realmente se vive el
arte, en cuanto el acto de contemplar y el acto de vivir forman uno solo. Representa un
lugar describiendo acciones y construyendo escenas. En cuanto obra de arte, en cuanto objeto portador de significados, el
jardín, como la pintura, representa un lugar y, como la literatura, narra acciones y
describe escenas. Por eso, cada cultura ha desarrollado un tipo de jardín que corresponde
a su particular visión vital y emocional del mundo. Para
Hegel el arte del jardín es una aplicación modificada
de formas arquitectónicas a la naturaleza real. En el jardín, como en el edificio, el
hombre es el elemento principal. Por su parte Kant,
consideraba a la jardinería entre las artes imperfectas, ni siquiera entre las artes
puramente agradables, sino propiamente como una de las bellas artes, sin embargo, más que
con la filosofía, parecía vincular a la jardinería con la pintura. El arte de la
pintura lo dividiría yo en el de bello retrato de la naturaleza y el de bello arreglo de
sus productos. El primero sería la pintura propiamente; el segundo la jardinería (...),
no siendo esta última más que el adorno del suelo con la misma diversidad con que la
naturaleza lo presenta a la intuición. Con ello demostraría Kant estar muy al corriente de las últimas tendencias de la jardinería
de su época, tal como estaba siendo desarrollada en ese mismo momento en Inglaterra por
los jardineros más a la moda, jardineros paisajistas como Capability Brown o Humphry Repton, quienes precisamente consideraban a la jardinería como una parte de
la pintura. Y de ahí su interés en crear paisajes pintorescos. |
Granja de San Ildefonso Fuente de la Fama |
Jardín de García Lorca en Huerta de San Vicente. Granada |
Schopenhauer reconocía al jardín una autonomía plena, colocándolo por delante
de la arquitectura en su sistema jerarquizado de las artes. El jardín, según él, en
cuanto arte, trata de desvelar a la intuición la idea que constituye el estado, de los
elementos vegetales. Hay por tanto una doble correspondencia entre naturaleza y arte, en
el sentido de que lo bello natural, lo que no se puede encontrar en el origen, es bello en
cuanto tiene la apariencia del arte y el arte es bello sólo cuando el sujeto que lo
disfruta, sabiendo lo que es el arte, lo comprende,, lo concibe como naturaleza, que puede
superar la aparente contradicción de la profunda relación entre el arte y la naturaleza.
El pensador Rosario Assunto, a
lo largo de tres libros fundamentales para la reflexión sobre los problemas de la
jardinería y de la historia de los jardines caracteriza el jardín como identidad
de arte y de naturaleza. Arte como naturaleza y naturaleza como arte. De aquí la
importancia que tiene el arte de los jardines, al transformar en final la causa eficaz de
la naturaleza: (...) la naturaleza se vuelve, en el jardín, naturaleza que el
hombre ha hecho libre, y en cuanto nosotros disfrutamos en el jardín de la naturaleza
como obra de arte, objeto de una contemplación en sí misma fundada que tiene en sí
misma su propio fin. |
Dice el historiador del arte del jardín John Dixon Hunt, en su obra L´art du jardin et son histoire: · El arte de los jardines es para el hombre un modo fundamental de
expresión y de experiencia. · El arte de los jardines es la forma más sofisticada del arte del
paisaje. Para el profesor Marcello Fagiolo, el jardín es un lugar en el que se representan escenas de la vida y
de la muerte, del amor y de la virtud. En este sentido, jardín y teatro aparecen como
estructuras intercambiables.
Humphry
Repton resumía de este modo lo que él consideraba que
eran las líneas maestras del arte de la jardinería paisajística: La perfección
de la jardinería paisajística se basa en los cuatro requisitos siguientes: Primero, debe
mostrar las bellezas naturales y ocultar los defectos de cada situación. Segundo, debe
dar la apariencia de extensión y libertad. Tercero, debe ocultar estudiadamente, por
costoso que sea, cualquier interferencia del arte mediante el cual se completa la escena
natural. Y Cuarto, todos los objetos de simple comodidad o conveniencia, si no pueden ser
decorativos o incorporarse a la escena, deben retirarse u ocultarse.
En
nuestro iniciado siglo XXI, el arte de los jardines reclama, una autonomía con respecto a
las otras artes, a las que tradicionalmente había sido anexionada, muy particularmente
reclama una autonomía con respecto a la arquitectura y a la literatura. Para ello ofrece
no sólo un corpus teórico original, sino una filosofía, una iconografía y unas
características físicas y conceptuales propias. |
Jardín
de la Acequia |
Jardín
del Principe, Cenador de Rusiñol |
Por último, el jardín constituye un
documento único, limitado, perecedero, irrepetible, con un proceso propio de desarrollo,
una historia particular en el espacio-tiempo. En palabras de Nicolás Mª Rubió y Tudurí:
Jardín es obra corpórea, no viento articulado en palabras (...) Va a tratarse de
un gran arte. La libertad en la que instruye el jardín,
en el deleite contemplativo del lugar, en el disfrute de su belleza, es la autonomía de
cada uno como condición y límite de la libertad de todos, y por ello promueve la
auténtica democracia.
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Art 1. Concluimos con los siguientes artículos de la
Carta de los Jardines Históricos Carta de Florencia:
Art. 1.- Un jardín histórico es una composición arquitectónica y
vegetal que, desde el punto de vista de la historia o del arte, tienen interés público.
Como tal está considerado como un monumento. Art. 5.- Expresión de los lazos estrechos entre la civilización y la naturaleza, lugar de deleite, propicio a la meditación o el ensueño, el jardín adquiere el sentido cósmico de una imagen idealizada del mundo, un paraíso en el sentido etimológico del término, que da testimonio de una cultura, de un estilo, de una época y, eventualmente, de la originalidad de un creador. |
Estanque de los Chinescos, Isla
del Principe |