“ (...) La música es un jardín al plenilunio. Las vidas espirituales son efluvios de jardín. ¡El sueño!
¿Qué es sino nuestro jardín?...”

                                                                                                                    Federico García Lorca

El jardín (arte de los cinco sentidos), lugar modificado por la intervención humana con finalidad estética, religiosa, política, cultural, productiva (parte de la cultura material teorizada por la Escuela de Annales). Un arte que se diferencia de las otras porque en el jardín la belleza no sólo se contempla sino que se vive. Porque en el jardín realmente se vive el arte, en cuanto el acto de contemplar y el acto de vivir forman uno solo. Representa un lugar describiendo acciones y construyendo escenas.

En cuanto obra de arte,  en cuanto objeto portador de significados, el jardín, como la pintura, representa un lugar y, como la literatura, narra acciones y describe escenas. Por eso, cada cultura ha desarrollado un tipo de jardín que corresponde a su particular visión vital y emocional del mundo.

Para Hegel el arte del jardín es una aplicación modificada de formas arquitectónicas a la naturaleza real. En el jardín, como en el edificio, el hombre es el elemento principal.

Por su parte Kant, consideraba a la jardinería entre las artes imperfectas, ni siquiera entre las artes puramente agradables, sino propiamente como una de las bellas artes, sin embargo, más que con la filosofía, parecía vincular a la jardinería con la pintura. “El arte de la pintura lo dividiría yo en el de bello retrato de la naturaleza y el de bello arreglo de sus productos. El primero sería la pintura propiamente; el segundo la jardinería (...), no siendo esta última más que el adorno del suelo con la misma diversidad con que la naturaleza lo presenta a la intuición”. Con ello demostraría Kant estar muy al corriente de las últimas tendencias de la jardinería de su época, tal como estaba siendo desarrollada en ese mismo momento en Inglaterra por los jardineros más a la moda, jardineros paisajistas como Capability Brown o Humphry Repton, quienes precisamente consideraban a la jardinería como una parte de la pintura. Y de ahí su interés en crear paisajes pintorescos.

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Granja de San Ildefonso

Fuente de la Fama

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Jardín de García Lorca en Huerta de San Vicente.

Granada

            Schopenhauer reconocía al jardín una autonomía plena, colocándolo por delante de la arquitectura en su sistema jerarquizado de las artes. El jardín, según él, en cuanto arte, trata de desvelar a la intuición la idea que constituye el estado, de los elementos vegetales. Hay por tanto una doble correspondencia entre naturaleza y arte, en el sentido de que lo bello natural, lo que no se puede encontrar en el origen, es bello en cuanto tiene la apariencia del arte y el arte es bello sólo cuando el sujeto que lo disfruta, sabiendo lo que es el arte, lo comprende,, lo concibe como naturaleza, que puede superar la aparente contradicción de la profunda relación entre el arte y la naturaleza.

            El pensador Rosario Assunto, a lo largo de tres libros fundamentales para la reflexión sobre los problemas de la jardinería y de la historia de los jardines caracteriza el jardín como “identidad de arte y de naturaleza. Arte como naturaleza y naturaleza como arte”. De aquí la importancia que tiene el arte de los jardines, al transformar en final la causa eficaz de la naturaleza: “(...) la naturaleza se vuelve, en el jardín, naturaleza que el hombre ha hecho libre, y en cuanto nosotros disfrutamos en el jardín de la naturaleza como obra de arte, objeto de una contemplación en sí misma fundada que tiene en sí misma su propio fin”.

Dice el historiador del arte del jardín John Dixon Hunt, en su obra  L´art du jardin et son histoire:

·        El arte de los jardines es para el hombre un modo fundamental de expresión y de experiencia.

·        El arte de los jardines es la forma más sofisticada del arte del paisaje.

Para el profesor Marcello Fagiolo, el jardín es un lugar en el que se representan escenas de la vida y de la muerte, del amor y de la virtud. En este sentido, jardín y teatro aparecen como estructuras intercambiables.                                    

Humphry Repton resumía de este modo lo que él consideraba que eran las líneas maestras del arte de la jardinería paisajística: “La perfección de la jardinería paisajística se basa en los cuatro requisitos siguientes: Primero, debe mostrar las bellezas naturales y ocultar los defectos de cada situación. Segundo, debe dar la apariencia de extensión y libertad. Tercero, debe ocultar estudiadamente, por costoso que sea, cualquier interferencia del arte mediante el cual se completa la escena natural. Y Cuarto, todos los objetos de simple comodidad o conveniencia, si no pueden ser decorativos o incorporarse a la escena, deben retirarse u ocultarse”.

    En nuestro iniciado siglo XXI, el arte de los jardines reclama, una autonomía con respecto a las otras artes, a las que tradicionalmente había sido anexionada, muy particularmente reclama una autonomía con respecto a la arquitectura y a la literatura. Para ello ofrece no sólo un corpus teórico original, sino una filosofía, una iconografía y unas características físicas y conceptuales propias.

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Jardín de la Acequia
Granada

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Jardín del Principe, Cenador de Rusiñol
Aranjuez

Por último, el jardín constituye un documento único, limitado, perecedero, irrepetible, con un proceso propio de desarrollo, una historia particular en el espacio-tiempo. En palabras de Nicolás Mª Rubió y Tudurí: “Jardín es obra corpórea, no viento articulado en palabras (...) Va a tratarse de un gran arte”.

La libertad en la que instruye el jardín, en el deleite contemplativo del lugar, en el disfrute de su belleza, es la autonomía de cada uno como condición y límite de la libertad de todos, y por ello promueve la auténtica democracia.                                           

 

       Art 1.      Concluimos con los siguientes artículos de la Carta de los Jardines Históricos “Carta de Florencia”:                 

   Art. 1.- Un jardín histórico es una composición arquitectónica y vegetal que, desde el punto de vista de la historia o del arte, tienen interés público. Como tal está considerado como un monumento”.

   Art. 5.- Expresión de los lazos estrechos entre la civilización y la naturaleza, lugar de deleite, propicio a la meditación o el ensueño, el jardín adquiere el sentido cósmico de una imagen idealizada del mundo, un “paraíso” en el sentido etimológico del término, que da testimonio de una cultura, de un estilo, de una época y, eventualmente, de la originalidad de un creador.

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Estanque de los Chinescos, Isla del Principe
Aranjuez