EL ASESINATO

    Dos mujeres caminan en la mañana del 10 de septiembre de 1.898 a orillas del lago Quai de Mont-Blanc, momentos antes habían salido del hotel Beaurivage de Ginebra y se disponían a tomar el vapor que las llevarían a Territet. La más rezagada es la condesa Sztaray, la otra es la emperatriz Elisabeth de Wittelsbach, más conocida como Sissi.

     El embarcadero se estaba llenando de público, cuando repentinamente un hombre tiene un encontronazo con Sissi, como consecuencia del choque ella cae al suelo, todo sucede muy rápidamente, tan rápidamente que nadie puede percatarse de que sucede realmente. La emperatriz se levanta y dice que no sufre lesión de ningún tipo y pese a los requerimientos de volver al hotel insiste en tomar el barco. Su rostro congestionado por el percance no hace temer nada importante, camina exactamente ciento veinte pasos por el embarcadero, sube la escalerilla del vapor y al llegar a cubierta se vuelve hacia su dama de honor, su rostro había cambiado de color, ahora estaba pálida pero se mantiene en pié. El vapor parte y es entonces cuando cae lentamente. Avisado el capitán, que todavía no conoce la identidad de la señora, propone desembarcarla pero ella insiste que sólo es un desmayo por el susto sufrido. Al poco tiempo se queja de un dolor en el pecho, justo en la región cordial, le desabrochan el corpiño y es entonces cuando ven una pequeña mancha de sangre del tamaño de una moneda, está situada justo encima del pecho izquierdo.

     Es entonces cuando el capitán es enterado de la personalidad de la dama y ante la responsabilidad decide volver a tierra para desembarcarla.

     Es trasladada a la misma habitación en la que había pernoctado la noche anterior y al cabo de una hora fallece.

     Este es un extracto del relato de una testigo de excepción, el de su dama de compañía, la condesa Sztaray.

RESULTADOS DE UNA AUTOPSIA

     Excelente dentición, estatura de un metro setenta y dos centímetros, presenta una herida punzante situada a catorce centímetros debajo de la clavícula izquierda y a cuatro por encima del seno, la herida tiene forma de uve que interesa el ventrículo izquierdo del corazón de arriba a abajo, pequeño desgarro pulmonar y fractura de la cuarta costilla.

    

     La herida fue producida por un estilete muy afilado y agudo que apenas produjo hemorragia haciendo que la sangre  cayera gota a gota en el pericardio, lo que hizo que se paralizara muy lentamente la función del corazón.

Los Drs. A. Reverdin y J. A. Mégevand

UN ANARQUISTA LLAMADO LUIGI   LUCHENI

    Luigi Lucheni era un obrero de origen italiano que por aquel entonces trabajaba en la construcción del edifico de correos de Lausana, anarquista y fichado por la policía la cual lo había considerado como no peligroso.

     No  existía animadversión ni por la emperatriz, ni por el país al que representaba, Austria, su acto fue justiciero ante una nobleza que insultantemente vivía ofendiendo a una clase obrera que casi moría de hambre en una Europa pre-industrial y en la que estaban germinando los grandes movimientos sociales y políticos de éste siglo. En ningún momento sintió arrepentimiento por su acción, sólo el final de su juicio pareció emocionarse   cuando el juez le dijo que había asesinado a una mujer que durante toda su vida había sido profundamente desgraciada, balbuceando estas palabras: Yo creía haber matado a una persona que vivía en una felicidad insolente.

    

     Como en Suiza no existía la pena de muerte fue condenado a cadena perpetua, con el tiempo fue dando muestras de agresividad seguidas por un desequilibrio psíquico para terminar ahorcándose con su cinturón en una celda de castigo.

UNA MUJER ATORMENTADA

     La idílica Sissi emperatriz que nos presentan las películas llenas de miel de los sesenta nada tiene que ver con la verdad de ésta mujer obsesionada con su belleza corporal, con su estatura de 1,72 mts. nunca llegó a pesar más de 50 K., obsesionada con los ejercicios físicos, que tardaba hasta tres horas en vestirse y fetichista.

     Mujer muy estudiada en su momento por psicólogos por sus desordenes mentales y su profunda melancolía nos recuerda  a otra persona emparentada colateralmente con otra rama de la realeza europea y que también tuvo un trágico final no hace mucho tiempo y que incomprensiblemente para nosotros es reverenciada por un colectivo social.

     Es tan apasionante y misteriosa la historia de ésta mujer, nos referimos a Sissi, que es posible que le dediquemos otro artículo mas adelante.

Como anécdota visite la Sección de Siluetas en el Jardín de nuestra compañera Montse Borrás y conocerá la visita que hizo a España la Emperatriz Sissi. 

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