Manuel Retuerce Velasco - Arequeólogo -
Fernando Cobos Guerra - Arquitecto -
El castillo de Ponferrada a pesar de su importancia y del gran número de visitantes que recibía anualmente, se encontraba en estos últimos años en una situación de abandono que hacía necesaria una urgente recuperación.
La elaboración del denominado "Plan de viabilidad del Castillo de Ponferrada" supuso el inicio de un delicado proceso de análisis - históricos, arquitectónicos y arqueológicos - de las fábricas y elementos constructivos, sobre el que fundamentar las propuestas de futuras intervenciones.
Este proceso unido a la realización de una serie de obras de emergencia, ha contribuido de manera determinante a redescubrir el recinto y sus edificios, profundamente desconocidos hasta el momento, pese a la amplitud de lo escrito sobre su leyenda (o tal vez gracias a ello).
Esta exposición, y los recorridos habilitados en el edificio, pretenden dar a conocer un nuevo punto de vista, sustentado en el rigor de los estudios e investigaciones desarrollados, y su constatación física a partir de las estructuras y elementos constructivos que las obras de emergencia y las excavaciones arqueológicas han rescatado y consolidado.
La fortaleza se revela así, más que como edificio unitario como un recinto en el que se engarzan distintos edificios independientes que, a partir de la primitiva cerca urbana que conformó su perímetro, fueron dándole carácter de castillo señorial con sus respectivos y diferenciados ámbitos palaciegos y castrenses.
La primera cerca de planta almenada,
construida de cantos y barro hacia el siglo XII?, será regruesada y relevantada, con
fábrica de cal y canto, bajo dominio templario a principios del siglo XIII. En una
segunda etapa se construirá el Castillo Viejo, en la esquina norte de la cerca, es la
época de Pedro Fernández de Castro.
El tercer gran período constructivo es la segunda mitad del siglo XV, la época de Pedro Álvarez Osorio (cuya Thau identificada erróneamente como templaria tanto ha dado que hablar desde entonces) y de los Reyes Católicos. En ella se construirán las torres de Moclín, Cabrera, Malpica, la de entrada y la de los Caracoles, la Barbacana, el puente levadizo, la zona palacial, Malvecino y el Cubo Nuevo.
A finales del XV y principios del XVI se fortalecerá Malvecino y se construirá la de Juan de Torres, y probablemente la Mina o Coracha y sus baluartes. Posteriores añadidos como las caballerizas en 1848, y las innumerables reformas y reparaciones desde principios de nuestro siglo han contribuido a la actual complejidad del conjunto.
Cada uno de los edificios añadidos cuenta un fragmento de esa dilatada y compleja historia, a partir de su forma, sus aparejos y sus divisas y escudos.
La recuperación total del Castillo, apenas iniciada, deberá favorecer la revalorización del monumento de su propia historia, consolidando y redescubriendo entre sus ruinas las páginas del mismo, y proponiendo un recorrido que facilite su lectura.
Tal vez este redescubrimiento debilite la importante carga legendaria que acompaña al edificio, pero ni la leyenda popular necesitó nunca de la corroboración científica, ni la entidad histórica y arquitectónica del Castillo de Ponferrada necesita maquillajes legendarios para ser valorado como lo que es: uno de los más importantes de España.
