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Croac, croac.
- ¡ Pero, ¿dónde vas con tanto apuro ?
- Oh!, o veo visiones, o aquí he
descubierto un zapallo que habla!
- Pues claro que soy un zapallo, y también hablo. No pretenderás
que viva toda mi vida callado, aunque, a veces es mejor que andar gritando
como vos.
- Para que sepas, yo no grito, lo que hago es croar, que es la forma en
que me comunico con las otras ranas como yo.
- ¡Ja,ja!, pues más les hubiera favorecido comunicarse por
escrito. Quien te escucha seguramente saldrá corriendo, o saltando,
como veo que haces...
- prefiero ser una rana y vivir a los saltos y no una rechoncha calabaza
que lo único que hacés bien es...¡ sombra!, ja,ja.
- No seas injusta. Lo que ocurre es que me aburro de estar sola y rara
vez pasa alguien cerca. En cambio vos, salta que te salta, siempre andás
por distintos paisajes. En el único lugar donde hago algo distinto
es en los cuentos donde me transformo en carroza.
- Yo sabía que de algún lado te conocía. ¿no
recordás que por culpa de un hechizo me
habían convertido en rana pero que en realidad yo era un príncipe
?
- Vamos, no te hagas la exquisita. Eso ocurre solamente en los cuentos.
Yo sé que mi destino es terminar en puré o en ensalada.
- ¡Cabeza de calabaza!, seguro que has de ser hueca por dentro y
eso explica el hecho de que no puedas pensar.
- ¿ por qué me decís eso ?
- porque no sabés que diciendo las palabras mágicas ambos
podremos recuperar nuestra imagen real.
- ¿ y cuales son esas palabras ?
- pues yo solo puedo pronunciar croac, croac, pero si intentás
tal vez las descubras. Para ayudarte a pensar saltaré sobre tu
cabezota y vos irás diciendo palabras y yo dejaré de croar
cuando digas la palabra exacta.
- ¡auto, camión, flor, balcón,
semilla, niña. cielo, angel..., pero, ¿ por qué dejaste
de croar ? ¿dónde te has metido que no te veo ?
- Por lo que veo, sigues tan hueca como cuando eras calabaza. ¿
no te das cuenta que te has convertido en carroza ?
- ¡ Entonces tu eres...!
- El Príncipe Juan, atrapado tanto
tiempo en ese noble renacuajo que hasta me duele la espalda de estar
tanto tiempo encorvado.
- ¿Y ahora adónde iremos ?
- Pues a pasear, por supuesto. ¿O no era acaso ese tu sueño?
- Tenés razón, pide nomás y yo te llevaré
conmigo.
- ¡Adelante carroza. Por siempre estaremos juntos!
- Croac, croac. ¡ Disculpáme, era solo un chiste !!!
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