De nuestro corresponsal
en el TAJ MAHAL. AGRA. La India.
Desde este país milenario, La India, presenciamos la boda del milenio
entre la Bella Durmiente y Belcebú. Como fondo el monumento más emblemático
del arte mogol, El TAJ MAHAL, transformado en capilla para tan magno acontecimiento.
Cada uno de los protagonistas partió de la monumental puerta que precede
al jardín de 300 metros de extensión, dominado por el gran estanque que
divide como línea imaginaria este gran monumento en dos partes.
Belcebú vestía sus mejores galas con un frac de piel de ciervo hábilmente
curtido con su sangre. Los príncipes del Infierno que le seguían a corta
distancia le vitoreaban al grito de: - ¡Salve Belcebú! -
La Bella Durmiente vestía un precioso traje blanco diseñado por la escuela
del SASTRECILLO VALIENTE. LA larga cola de siete metros era portada por
los siete enanitos que iban tropezando continuamente y cantando: -
¡LA RA LA, LA RA LA! -
La entrada al templo fue celebrada con gran jolgorio por los
invitados del novio. El distinguido grupo de motoristas, situados
en la zona negra, formado por Los Ángeles del Infierno levantaron sus
brazos con sus motosierras al aire atronando la atmósfera de su medio
cielo nublado. De fondo sonaban las inconfundibles notas de los característicos
rock satánicos.
Tras la boda se produjeron una serie de actos vandálicos por parte de
estos invitados. Los mármoles de los cenotafios de Mumtanz Mahal y del
Sha Janan aparecieron con pintadas de: - ¡Vivan los novios! -
En la otra banda, la zona blanca, se impuso un respetuoso silencio cuando
sonó la Marcha Nupcial. Los invitados sacaron sus pañuelos bordados en
seda y oro, creados especialmente para la boda por la mencionada escuela
del sastrecillo valiente.
El sacerdote siamés, medio demonio medio ángel los casó. Tras el altar
una cruz presidía el evento. Por supuesto, en la zona obscura, estaba
la mitad invertida.
La salida del TAJ MAHAL fue apoteósica. Les realizaron el ceremonial pasillo,
por un lado, los 101 dálmatas, el flautista de Hamelin, La Cenicenta,
Pulgarcito, Mobby Dick, el ratoncito Pérez. Por el otro lado, desenvainaban
sus espadas ceremoniales una serie de mercenarios y su pléyade de aguerridos
sicarios.
En el cielo, un desfile de aves. A un lado cisnes. Por el otro, encabezados
por una gran urraca y un pequeño sequito formado por un par de cornejas
y cuervos. A continuación un rebaño desordenado de alimoches y buitres
leonados oscurecían, en su conjunto, el medio sol infernal.
Antes de emprender el camino del viaje de novios, mantuvimos la siguiente
entrevista.
- Bella, ¿cómo te enamoraste de tu peludo príncipe?
- Ohhhh, que "ilu". Pues nada abrió mi urna de cristal, me besó,
y después me agarré a su pecho peludo y a sus cuernecitos. Y por dios,
- en estos momentos Belcebú comenzó a toser - que caña de príncipe
satánico, qué feronomas en su sudor, que excitación. MMMM ¡Qué todo!
- Por favor, Belcebú, que le hizo dar el paso de abrir la urna y
violarla varias veces. Belcebú, no deseaba realizar declaraciones
pero ante nuestra insistencia y en exclusiva para nuestros tele espectadores
conseguimos unas palabras.
- Ná, las ganas de llenar el infierno de nuevos adeptos con gente
inocente.Los periodistas nos estremecimos al escuchar su grave
voz y babosear sobre el micrófono con gran elegancia.
Y con el típico - Vale, que seáis muy felices y comáis perdices.-
Me despedí de esta encantadora pareja.
Aunque corren rumores de que ya han tenido sus primeras discusiones por
el talante de sus caracteres opuestos. Suponemos que en próximas entrevistas
lo desmentirán o lo afirmarán.
Pepe Chismoso desde Agra, La India, para TV Cotilleo.
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