Hace años, el famoso teólogo Woody Allen publicó un breve relato acerca de un vampiro que salía de su ataúd durante un eclipse creyendo que era de noche. En opinión de importantes científicos actuales, la presencia de vampiros en las calles durante el eclipse no sólo es concebible, sino también probable, y de consecuencias presumiblemente lamentables. El
doctor Gutiérrez Sabucedo, auxiliar de limpieza del Laboratorio
de Biología Molecular del Servicio de Podología de la Clínica
Marzo, en Torrelodones, y una de las máximas autoridades internacionales
en vampirología, ha realizado unas sorprendentes declaraciones
en el programa nocturno “La Resaca”, de la emisora de radio local. En
ellas, además de lamentar amargamente las dificultades que encuentra
para financiar sus investigaciones, critica el excesivo sesgo “oftalmológico”
que ha caracterizado a las campañas oficiales en relación
al eclipse. “Las lesiones del sistema visual no son el peligro más
grave del eclipse”, afirmó con toda la rotundidad que le permitían
algunas dificultades articulatorias de origen Según el eminente investigador, es impensable que los vampiros actuales puedan confundir un eclipse con la llegada de la noche. “Los vampiros también usan reloj, y ven los informes meteorológicos en televisión, ¡naturalmente!”. El verdadero problema proviene de la creciente afición delos vampiros jóvenes a los deportes de alto riesgo. Al ya tradicional “amanece como puedas” (ACPing), que consiste en retrasar el regreso a sus oscuros lugares de reposo hasta el momento mismo de la salida del sol, se han sumado otros, probablemente inspirados en costumbres humanas recientes. Entre los más populares deben destacarse el “rafting en aguas benditas” (bendirafting), el “puenting sobre fondo de estacas” (puenstacking) o el combate con pistolas de rayos ultravioleta (CPRUVing). El “eclipsing” puede considerarse como una variedad especialmente arriesgada de ACPing, y su popularidad entre los chupadores de sangre es inmensa. La peligrosidad se debe a la brevedad del fenómeno, a la que se añaden la variabilidad de su duración e intensidad en función de la zona geográfica. Durante los breves minutos de oscuridad, los vampiros intentarán alejarse lo más posible de sus siniestros mausoleos y ejecutar las más complicadas acrobacias y piruetas. Es un hecho bien documentado que la excitación nerviosa aumenta enormemente el apetito de estas criaturas. También es bien conocido el estado de mística modorra que se apodera de su ánimo tras ingerir el zumo vital de sus víctimas. La Federación Vampírica de Deportes de Alto Riesgo (FVDAR) recomienda a sus afiliados que vayan provistos de pequeñas bolsas de concentrado de plasma con cocaína para calmar su apetito y se abstengan de consumir víctimas humanas. Los más jóvenes y osados, sin embargo, suelen hacer caso omiso de tales consejos. Como consecuencia de ello, la probabilidad de sufrir la agresión de un vampiro, solo o en compañía de otros, excederá holgadamente los niveles máximos aceptables establecidos por la Organización Mundial de la Salud (Sección de Trastornos Hemorrágicos). En
tono cansado, y con evidentes dificultades de pronunciación, el
insigne vampirólogo terminó su intervención recomendado
algunas medidas de precaución de demostrada eficacia en tales circunstancias.
En primer lugar, no debe olvidarse la irresistible tendencia exhibicionista
de esta especie. Durante el eclipse, debe usted evitar la cercanía
de personajes llamativos, actores callejeros, malabaristas, atletas, etc.
Busque y acepte la compañía de personas grises y mediocres
(sólo será un momento). Pero si usted tiene
|