La
luz miente.
Sólo habla en superficies. No penetra.
La luz esconde. Fabrica sombras. Empozoña,
como una verdad a medias.
Miente el sol altanero. Miente la luna fría. Mienten mis ojos.
Mienten los tuyos.
Mi refugio esta en lo oscuro. La verdad sobrevive, oculta, en el tacto
de mis manos.
Ya ves.
No creo en el esplendor de una mirada. Desconfio del fuego fatuo del verbo
fácil.
Creo, firmemente, en el olor a mar del deseo. Creo en una mano
que cubre la mía.
¿Por
qué la llaman luz, si su nombre es duda?
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