Una pareja llevaba muchos años de matrimonio y no había logrado tener familia. Tras consultar varios doctores sin éxito fueron a ver a un especialista muy renombrado quien, tras muchos estudios les dijo que la única solución era que buscaran un padre sustituto. -
¿Y qué es un padre sustituto? pregunta la señora.
La señora vacila un poco, pero su marido le dice al doctor que él no tiene ningún inconveniente, con tal de ver realizada su ilusión de convertirse en padre. Pocos días después se contrata a un joven y se hace una cita, para que al siguiente domingo por la mañana, cuando se ausente el marido de la casa, vaya y visite a la señora para cumplir su tarea. Sin embargo, sucedió que un fotógrafo de niños había sido llamado a una casa vecina para retratar a un bebé. Por azar del destino, el hombre se equivocó de domicilio llegando al de la señora: -
Buenos días señora, vengo por lo del niño. La señora, estupefacta, escuchaba todo esto mientras el fotógrafo continuaba: - Ahora vea estos mellizos. En esa ocasión sí que me lucí, todo lo hice en menos de cinco minutos, llegué y ¡paf! dos tomas y mire los gemelos que me salieron. La señora estaba cada vez más asustada oyendo al fotógrafo que continuaba: - Con este niño batallé un poco más, porque la mamá era muy nerviosa. Yo le dije: mire señora, usted volteé hacia el otro lado y déjeme hacer todo a mí. Ella se volteó, y así pude yo hacer mi trabajo. A esta altura la señora estaba a punto del desmayo. Y el fotógrafo guardando su álbum le dice: -
¿Quiere que comencemos ya, señora?
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