Fortuna light
Periko, el de los palotes [@] [www]

Nunca tuvo suerte en la vida.

Llegó demasiado joven a la época de las revoluciones políticas y un poco viejo a las culturales ... las tecnológicas ya le pillaron con el paso cambiado.

Se distinguió de los demás porque siempre dijo la palabra equivocada en el momento menos oportuno, hasta el punto de que terminó convirtiendose en un especialista en llevar la contraria a quien, a la postre, resultaba siendo elegido el lider indiscutible de la reunión.

Y para remate, desarrolló la irritante habilidad de poner los cuernos a quien no debía y, además e inevitablemente, con la persona menos apropiada.

Por eso, no podía creer que aquello le estuviera sucediendo a él.

Por fin encontró un kleenex con el que secar el sudor de sus manos. El taxi no tenía aire acondicionado y la temperatura en su interior debía rondar los cuarenta grados.

Su primera intención había sido indicarle al conductor que alguien había olvidado un maletín en el suelo del vehículo.
Pero la curiosidad le picó un poco ... luego, pasó a fantasear con su contenido ... y, finalmente, no pudo evitar abrirlo mientras ambos, taxista y pasajero, se dirigían a su destino.

A pesar de lo que la trayectoria vital de aquel hombre podría sugerir, el maletín no le estalló en la cara.
Bien al contrario, se dejó manipular docilmente y, de forma similar a lo que sucede en esas películas improbables, donde siempre ganan los buenos y las suecas se enamoran de Alfredo Landa, reveló que, a simple vista, su interior contenía un número desorbitado de billetes de diez mil pesetas.

El conductor detuvo el taxi en doble fila y procedió a parar el contador con una parsimonia tal que a cualquiera le hubiera dado tiempo a cumplir el servicio militar o, en su caso, la prestación social sustitutoria (sic).

- Miltrescientasveinticinco.
- ¿Cómo?
- Miltrescientasveinticincoivaincluido .... ¿quiereunrecibo?
- żEh? ...... no, no ...

El hombre abrió la puerta del coche, puso un pie en la calzada, dudó por última vez en su vida, y .... decidió meter un órdago.
Cogió el maletín con mano firme y salió corriendo por la acera de Velazquez.
El BMW le atropelló unos metros más adelante, en el cruce con Hermosilla.

Como no tenía familia, el Estado heredó sus bienes.

 

 

Faro

Puente

Torre

Zeppelín

Rastreador

Nuevos

Arquitectos