En los
espacios abiertos siempre busca el rincón más oscuro y sombrío; en los
espacios cerrados siempre busca el lugar más abierto y luminoso. Así
que ya sabes por donde tienes que empezar a buscar, ¿no? ¿Dónde estás
ahora?. Las palomas se posaban sobres la ondulada Uralita, amarillenta
debido a la colonización continuada de los líquenes. Estaba en una encrucijada
fantástica, ahí, solitaria en mitad de la interminable pradera. Una
pequeña construcción de hormigón de planta rectangular de unos dos metros
cuadrados de superficie. Ella se ha ido,
pero no me preocupa, porque estoy sentado en la cima del mundo. Además
sentía como la tenue luz del sol alejaba el frío de su cara y, por primera
vez, de su alma. Parecía fácil, joder, sí. Pero aquí estoy, un inmenso
espacio abierto sin un solo rincón oscuro; exceptuando, claro, el interior
sombrío y oscuro de la maldita caseta de hormigón. El ¿destino? Es caprichoso
y puede que hoy, precisamente hoy, te apetezca tumbarte al sol y fumar
un cigarrillo, feliz de no sentir nada, excepto el hormigueo de
la sangre en tus mejillas. Y puede que ella, hoy, te esté buscando en
el rincón oscuro de tu alma abierta.