viernes, junio 16, 2006 :::
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Fuente: El Comercio Digital Fecha:11-6-06
Un bosque, no un jardín Fernández Llaneza pide un plan de reforestación y una protección legal para el Campo de San Francisco
G. D. -R./OVIEDO «Cuando era pequeño, si te ponías en el centro del Campo de San Francisco no veías las calles, no oías los coches», recuerda el concejal socialista Carlos Fernández Llaneza. Hoy en día, ya no es así. «ANA (Amigos de la Naturaleza de Asturias) hizo un estudio en los 90 y constató que entre 1978 y 1990 habían desaparecido 472 árboles», explica tras lamentar que el equipo de gobierno no le haya facilitado los datos sobre la masa arbórea actual del parque, de 90.000 metros cuadrados.
La antigua huerta del convento de San Francisco «no debería perder su condición de bosque, no debemos permitir que poco a poco se convierta en un jardín inglés con arbustos y árboles de poco porte». Para evitarlo, Fernández Llaneza aporta una solución: un plan de reforestación. «Tenemos grandes funcionarios en Parques y Jardines», a los que el edil se encomienda en lo referente a aspectos técnicos, pero advierte de que «cualquiera puede ver que hay muchos sitios en los que faltan árboles».
Recuperar la masa forestal y sustituir el pavimento, que «está tremendamente deteriorado para los pocos años que tiene» son las prioridades para Llaneza, porque «al campo no lo tocaría mucho más». Para evitar agresiones en el futuro cree necesaria la declaración de Jardín Histórico, una figura de protección legal que salvaguardaría al campo «de las tentaciones que pueda tener quien gobierne».
En un jardín protegido «no se podrían colocar carpas u otras instalaciones que han sido la causa del deterioro, por ejemplo, del mosaico del paseo de Los Álamos», obra de Antonio Suárez para el que pide una «restauración completa».
Dos propuestas
Llaneza no cree necesario dotar de más atractivos al parque de San Francisco. En su lugar, apuesta por ganar espacios libres y convertirlo en el inicio de las rutas por el Naranco. Opina que habría que retirar el Pavo Real, «cuando la Escuela de Hostelería abra en el Olloniego», e incide en la posibilidad de identificar el campo como punto de partida de las rutas del futuro Parque Periurbano del Naranco.
«Podría trazarse un itinerario hasta San Pedro de Los Arcos», propone. En esta segunda zona verde el Ayuntamiento dispone de una casa, ahora cerrada, que podría servir como aula de exposición de mapas de las rutas que podrían «salir desde el corazón de Oviedo».
::: Noticia generada a las 8:53 PM
viernes, junio 09, 2006 :::
Fuente: La Nueva España Fecha: 3/6/06 Autor: A. Rubiera
Cuatro jardines para la isla de Roces
José Manuel Caicoya y Lidia Ros ganan el concurso de diseño paisajístico del plan especial con un proyecto basado en que «todo el mundo encuentre su espacio»
Gijón «Cuatro zonas, cuatro jardines». Es el lema y el concepto con el que el arquitecto José Manuel Caicoya y la ingeniera agrónoma Lidia Ros -con Olaya Caicoya en el diseño gráfico- han ganado el concurso convocado por Sogepsa para el diseño paisajístico de las zonas verdes y de los espacios públicos del plan especial de Roces.
Tuvieron que echarle imaginación para establecer un hilo común que recorriera los casi 215.000 metros cuadrados sobre los que debían actuar. «Había que buscar un punto de inspiración que nos permitiera englobar esas zonas tan distintas en orografía y ubicación», explicó Lidia Ros. Su propuesta aglutina en cuatro ambientes todos esos metros cuadrados, según los usos que imaginaron como más convenientes y naturales y que les llevó a identificarlos con distintas etapas de la vida: infancia, juventud, edad madura y vejez. Una vuelta más a la idea acabó por convencerles para atribuir, además, una estación del año a cada ambiente y para identificar como una isla la zona residencial.
Así nacieron los jardines de primavera (para niños y familias, al pie de los edificios), de verano (identificado con la juventud y la vida y que ocupa el espacio natural más singular del área del plan especial), de otoño (para la edad madura, con espacios intimistas y recogidos) y de invierno (asemejado a la vejez y a la experiencia, reservándoles las zonas más difíciles orográficamente, con taludes, al ser las más pegadas a las grandes vías del tráfico). Incluso, los colores -y, por tanto, el tipo de plantas, árboles y arbustos- definirán también esas cuatro áreas, con los rojizos del otoño, azulados para el invierno, colorido en primavera (la floración será constante en los llamados «cuadros de color», ya que en esos jardines no habrá césped por su mal mantenimiento en zonas sombrías ni árboles para no restar luz a los edificios) y la explosión del verano.
«Un concurso como éste siempre es un reto y te permite experimentar y presentar propuestas más arriesgadas. En este caso enfocamos el trabajo mirando los espacios, viendo que eran de tipologías distintas y echándole cariño. Creo que hemos conseguido espacios diferentes, agradables y que se pueden construir con poco dinero. Y pensando en que tengan un mantenimiento fácil», explicó Caicoya. Para su trabajo debían respetar el compromiso político de que habría, al menos, un árbol por cada vivienda de las previstas en el plan, es decir, 3.700 unidades. Ellos casi lo han duplicado. Su anteproyecto considera al menos 5.500 árboles.
Lidia Ros destaca de su trabajo «que hemos intentado que todo el mundo tenga su espacio. Por eso, la zona de las viviendas será para los niños, con área de juegos infantiles y de encuentro de las familias; el área de verano tendrá una gran pradera para tomar el sol, jugar un partido, escuchar un conciertoÉ, también habrá un estanque y por inspiración de Miró pondremos escultura de bajorrelieve en cerámica con un Sol, una Luna y la Tierra; la zona de invierno tendrá un circuito para correr y se dejarán unas bases para que el Ayuntamiento pueda poner esculturas y en la de otoño habrá zonas más recogidas, con pérgolas y rincones de bancos y estancias para leer más intimistas», explicó.
::: Noticia generada a las 7:00 PM
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