Yo
José Manuel F. Argüelles [@] [www]

Yo, que he visto el amanecer de las mariposas en los campos de la siega tardía,
que he sentido en el rostro el agua cálida de una montaña ardiente,
que he mirado sin miedo ni respeto al dolor cuando lo tenía de frente,
que luché en los confines del tiempo con una estirpe que no era la mía.

Yo, que siendo orgulloso y altivo he recogido los desechos de los perdedores,
que he sentido placer en los actos que la religión llama pecados carnales,
que alcancé la felicidad en un segundo de descuido de mis males,
que he sostenido un cuerpo retorcido por todos los dolores.

Yo, que siendo muy poco me siento único y casi Dios en mi soledad,
que alguna vez, siendo niño, miré a los ojos del sol y sostuve su mirada,
que he recorrido el ambiguo camino de los sueños de una noche a mis pies postrada,
que embarqué por mares de alcohol y locura, sin amor y mucha maldad.

Yo, que en mi mano sostuve la espada del divino monstruo alado,
que perseguí lejanas figuras inconcretas en ocultas sombras de malsanas dudas,
que derrotado y herido busqué el clamor de las palabras en bocas mudas,
que he sentido en mi pecho desnudo el puñal del frío clavado.

Yo, que soy el ser de mirada brillante y alucinada que desafía a las hojas del otoño,
el hombre que no nació de un Dios y una virgen y por tanto surjo de la espantada tierra,
el amo de lo que no tengo y no quiero y de lo que me rehuye y el camino me cierra,
el profundo libertador de mí mismo que del propio universo el poder tomo.

Y siendo tanto y nada, no llegando a ser más que un trozo de la piedra primera,
pero logrando mucho más de lo que el hombre en su limitación propone,
yo he alcanzado a construir el elevado palacio imposible de la quimera
y he tenido en mi mano aquello que al sueño del diablo se le supone.

 

 

Faro

Puente

Torre

Zeppelín

Rastreador

Nuevos

Arquitectos

la siega tardía | dudas | sueño del diablo