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"Durante
los últimos veinticinco años de su vida(…), Emmanuel Swedenborg
fijó su residencia en Inglaterra. Como los ingleses son taciturnos,
dio en el hábito cotidiano de conversar con demonios y ángeles(…).
Cristo había dicho que las almas, para entrar en el cielo, deben
ser justas; Swedenborg añadió que deben ser inteligentes."
"La
eternidad es muy aburrida, sobre todo la parte final." –
Entonces deben tener sexo. Sí, ¿pero
cuál? El viento agitaba dulcemente sus cabellos; tendidos sobre la arena, tenían conversaciones inútiles, que acaso son las mejores porque son las que mayor placer proporcionan. En el mar, tan negro como el cielo en que se reflejaba, se veía de cuando en cuando el brillo de la mediaLuna tapada a jirones por las nubes. Entregarse a discusiones inútiles es fácil cuando se tiene la eternidad por delante, y cuando uno no trata de convencer al otro ni de llegar a una conclusión. Entregarse a discusiones inútiles es quizá uno de los mejores medios de huir de la acechante locura. –…pero
si lo tienen, debe ser femenino. Lo he
leído en los libros. Se quedó dudando un momento. La playa estaba preciosa aquella noche, aunque ya se sabe, todo lo onírico y lo irreal siempre es hermoso. – Quizá sean una leyenda. Quizá no existan. Sería lo más fácil, y acabaría con esta estúpida conversación. Los dos se callaron. Azriel se sentía ofendido porque Haniel trivializase con ese asunto. Él creía en los hombres, era su razón de existir el protegerlos aunque no pensaba que tuviesen sexo. El silencio se hizo vacío de tan profundo, y las olas y el Viento se detuvieron para poder oír mejor el resto de la conversación de aquellos dos ángeles aburridos que no sabían en qué ocupar la eternidad. Alicante, 25 de Septiembre 1999
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